La realidad que diariamente se observa en centros de salud de todo el mundo es que no hay enfermedades, sino enfermos. La misma enfermedad se manifiesta de manera diferente en cada uno de nosotros, y desaparece o permanece de manera crónica en función también del paciente.
Vayamos más lejos. Podríamos afirmar que el porcentaje de enfermedades psicosomáticas es altísimo. Es como si el cuerpo hablara por nosotros lo que no somos capaces de verbalizar. Hay quien dice que sufrimos en nuestro cuerpo un sufrimiento del alma.
Todo subyace a niveles profundos. Es en el inconsciente donde estaría almacenada la información que transforma nuestro sufrimiento vital en enfermedad. Como el sufrimiento emocional está anclado a niveles profundos, es fácil que dé la cara ya en forma de enfermedad…Y pueden pasar años y vamos arrastrando dolencias cuyo su origen la mayoría de las veces duerme a nivel inconsciente…
Es ahí donde Marcos Adán, con su TERAPIA EMOCIONAL, y aparte de tratar las enfermedades físicas, busca la causa hablando directamente con el subconsciente del paciente, en búsqueda de la raíz del problema que bien pudiera ser un duelo no resuelto, ira acumulada, tristeza profunda, falta de motivación en la vida, miedos ocultos y un sinfín razones más.
Como él mismo dice Lo que nos decimos a través de la enfermedad es que tenemos alguna razón para estar mal. Mediante la enfermedad justificamos los sentimientos que experimentamos. Por tanto, la enfermedad en sí es real, pero la causa en la mayor parte de los casos es emocional. Y sólo tratando la emoción se llega a erradicar la enfermedad.
